«Aur, aur… Desperta Ferro! »
Andrei
3/11/2016 12:33:00 p. m.
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páginas de medievo con un tono juvenil.
Lalana,
Fernando y Puente, Luis,
Almogávar sin querer, Madrid,
Editorial Casals, 2000, Punto juvenil, 60, 172 páginas.
Fernando Lalana, de 57 años, ha
publicado más de 30 libros, 12 novelas, y varias obras de teatro. Ganador del
premio Nacional de literatura Infantil y Juvenil, Luis Antonio Puente, es un
profesor de plástica, lengua y literatura. Con esta, se publica su segunda
novela.
Estamos acostumbrados a que cuando se nos habla del mundo
medieval, pensamos en dragones, caballeros invencibles y brujos por todas
partes, clara influencia de leyendas y cuentos. Después está la realidad, a
veces no tan fascinante, pero no siempre es así; es el caso de los almogávares,
que sin duda “protagonizaron una de las páginas más asombrosas y novelescas de
la historia de la humanidad: la gesta de los almogávares en Bizancio”.
Almogávar
sin querer, con un título, que en mi opinión, no te sugiere que abras el
libro y lo empieces a leer, nos intenta trasladar a este punto de la historia,
con toques de novela de aventura y sentimiento, dirigida a un público juvenil,
aunque a veces no lo parece por sus expresiones medievales, que son pocas, pero
están ahí, para meternos más en la historia.
Es una novela sobre un joven, García
Garcés, torpe e inseguro, que por momentos parece puesto a prueba por el
mismísimo Dios, y su transformación a través de sus aventuras: desde enamorarse
de la persona equivocada a luchar contra los otomanos en épicas batallas en
territorio bizantino.
Dividida en dos partes, está organizada en
capítulos, que básicamente nos indica el año y el lugar donde pasa la acción;
cuenta con un prólogo que nos presenta un salto temporal, después del cual, se
estructura mediante un orden cronológico que abarca casi diez años centrados en
las aventuras de nuestro protagonista, contadas en primera persona. Pero hay
más tramas que se dejan, por desgracia, en el olvido durante gran parte de la
novela, aunque se retoman al final por suerte. El desenlace es predecible y
abierto para una segunda parte; demasiado, quizá.
El libro como tal, se siente
inacabado, y por eso te deja con ganas de más y más, una segunda parte vendría
muy bien para aclarar varias cosas y como no, seguir con las aventuras de
Garcés, pero lo recomiendo, tranquilos.
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